jueves, 30 de abril de 2009

BREVE



“No te angusties si te sorprendes triste”

Anoche se descubrió desbordada mientras esperaba a cruzar un semáforo en Atocha. De repente, su alrededor comenzó a tomar dimensiones descomunales, inabarcables. Ella, que iba andando aparentemente tranquila, a buen paso, mochila en la espalda y muchos pensamientos serenos en el interior acompañándola en el trayecto de vuelta a casa. Ideas yendo y viniendo sobre lo terrenal y lo humano, sobre lo inesperado… y también sobre aquello que aguarda y no llega, sencillo y sin pretensiones. Cruces de caminos, cocinar una sorpresa, un reencuentro inminente con la mejor amiga de la facultad. Pero en ese par de minutos en los que frenó obligatoriamente por el tráfico, el semáforo peatonal en rojo, su apreciación se modificó. Deseó estar en su casa, que en esos instantes sospechó de una lejanía insondable, junto a su familia. Y los coches los contó como demasiados, los edificios inalcanzables y la avenida excesivamente larga, sin horizonte hacia donde dirigir su marcha. Repentinamente triste y conteniendo las lágrimas, pensó en él, mientras continuaba el paso ligero, acordándose de que ya eran demasiadas las veces en las que paseaba sin él a su lado.
DALGUNA PALLABRA
Y agora que yá conoces:
la escuridá de la nueche,
los nomes del tiempu,
el tastu de los riscares,
del orbayu la tristura
y del camín el vagar:
siéntate y espera
que, sele,
el vientu
traiga dalguna pallabra
que seya a iguar
esti futuro feble.

Manual contra'l vacíu. Berto García
(Premíu "Fernán- Coronas" 2007)

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