Ahora me acuerdo muchas veces de un libro que he mantenido perdido en mi memoria durante muchas años. No sé por dónde andará, imagino que en alguna caja del desván de mis padres. Se titula "Mercedes e Inés o cuando la Tierra da vueltas al revés" de Consuelo Armijo. Un título intensamente descriptivo para los tiempos que corren. Se trata de un libro infantil, pero no es un cuento, sino la historia de cómo una niña llamada Inés se hace amiga de Mercedes, una señora a la que se le ocurren todo tipo de cosas absurdas. Y, junto a ella, lo más sorprendente, grotesco o surrealista podía suceder. Es una historia genial, rebosante de fantasía e imaginación. Y recuerdo cómo mi maestra de... 4º ó 5º de E.G.B. se desternillaba de risa cuando leíamos en voz alta, en esas clases de lectura, alguno de los capítulos. Le encantaba su protagonista, Mercedes.
Y lo curioso es que a veces, muchas, más de las que me gustaría, siento que nosotros y nosotras estamos encadenados de alguna manera a esa historia, dando vueltas al revés. Sólo que en nuestro caso, no nos acompaña ninguna niña pizpireta ni ninguna señora resuelta con ideas de perogrullo. Ni tampoco hace reir, sino que produce una tristeza abrumadora, una pena insondable y profunda decepción. Eso me ocurre cuando abro la página cada mañana de alguno de los periódicos que suelo leer, pero hoy, más que otros días, no sabría decir por qué, tal vez por el hastío de varias semanas leyendo sobre lo mismo. Las noticias sobre tramas de corrupción nacionales e internacionales son las reinas de la actualidad. Crisis y más crisis con sus correspondientes reformas. Desahucios injustos y una banca devoradora de humanos. Televisión sensacionalista y cutre...
Como diría el gran Gandalf el gris, "aciagos tiempos nos ha tocado vivir".
Y lo curioso es que a veces, muchas, más de las que me gustaría, siento que nosotros y nosotras estamos encadenados de alguna manera a esa historia, dando vueltas al revés. Sólo que en nuestro caso, no nos acompaña ninguna niña pizpireta ni ninguna señora resuelta con ideas de perogrullo. Ni tampoco hace reir, sino que produce una tristeza abrumadora, una pena insondable y profunda decepción. Eso me ocurre cuando abro la página cada mañana de alguno de los periódicos que suelo leer, pero hoy, más que otros días, no sabría decir por qué, tal vez por el hastío de varias semanas leyendo sobre lo mismo. Las noticias sobre tramas de corrupción nacionales e internacionales son las reinas de la actualidad. Crisis y más crisis con sus correspondientes reformas. Desahucios injustos y una banca devoradora de humanos. Televisión sensacionalista y cutre...
Como diría el gran Gandalf el gris, "aciagos tiempos nos ha tocado vivir".
4 comentarios:
Y tan aciagos.Cualquier medio que leas o sintonices es el mismo martilleo.Ya tenemos Camps para rato.Vende como vende la telebasura.
¿Y los problemas de las personas?¿Y las situaciones injustas?Eso es un aparte de un mundo en el que sólo es noticiable lo que puede dar caja,por desgracia.
El libro no me suena pero debe ser así cuando tú lo dices.
Abrazos
La verdad es que la noticia del desahucio llevado a cabo en Pueblo Nuevo (Madrid) y que la gente del 15M no ha podido detener esta vez me ha dejado plof. Se trataba de una mujer desempleada y dos hijos a su cargo, uno de ellos con una deficiencia. El piso lo había comprado un banco y exigía el desalojo de la familia. ¡Qué inhumano! Una entidad bancaria, con pasta a dos carrillos y una familia pobre en la calle, como si no pagar el alquiler o la hipoteca fuera por gusto. Un horror.
Un abrazo Felipe
Hay que buscar a Inés y a Mercedes en el desván... aunque solo sea para olvidar las penas un rato!!!
Mónica
¡¡Hola Mónica!!
Sí, sí, a ver si lo busco... y te lo presto ;))
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