La semana pasada fue un gustazo escuchar a Arcadi Oliveres i Boadella, un activista por la paz y la justicia social, profesor de Economía Aplicada en la Universidad Autónoma de Barcelona.
Nos habló de algunas cuestiones relacionadas con la crisis alimentaria, los medicamentos y las farmacéuticas y la escasez del agua. De entre todos los capítulos, expuestos con maestría y, sobre todo, con elocuencia, incapaz de aburrir a nadie, una de las temáticas que trató fue la maquinaria de guerra y su crítica de cómo los países gastan sus presupuestos en los Ministerios de Defensa, cuando las necesidades sociales, sin embargo, son otras muy diferentes.
Los presupuestos de Defensa se distribuyen en personal, mantenimiento e inversiones (I+D, instalaciones de bases militares, excavación de caminos, armas…) El presupuesto militar se aprueba, como todos los presupuestos ministeriales, cada año. Para elaborarlo no tienen en cuenta el incremento o desaparición de enemigos, sino que toman de referencia las partidas del año anterior, por inercia, para seguir una línea continuista, sin cuestionamientos incómodos y por modernización tecnológica.
Todo esto hace crecer el gasto militar inconmensurablemente hasta llegar a un billón y medio de dólares al año. En España, el gasto militar supone 54 millones de euros diarios, de los cuales 27 millones salen directamente del Ministerio de Defensa y el resto está “escondido” en partidas de otros ministerios. Por ejemplo, la construcción de un avión pertenece al Ministerio de Industria; la construcción de una base militar se hace pasar por Obras Públicas… ¿Por qué? Porque el gasto militar está mal visto por la ciudadanía y más en tiempos de crisis. Para más inri, el Ministerio que menos cumple sus números presupuestados a final de año es el de Defensa, esto ocurre desde hace veinte años atrás, desde la entrada de España en al OTAN.
En cuanto al personal, en el mundo hay 22 millones de militares. ¿Para qué sirven? Nos dicen que para labores humanitarias, sin embargo, Naciones Unidas asegura que para este tipo de emergencias serían suficientes 400.000 soldados. Sin ir más lejos, el ejército español cuenta con 170.000 soldados, de los cuales 20.000 realizan labores humanitarias. ¿Y los 150.000 restantes?
También es curioso el gasto en investigación científica para fines militares. Una pequeña parte de lo que se investiga es la que se vuelca al resto de la sociedad. Lo demás está sacralizado, no se filtra, más de la mitad de las investigaciones militares nunca se hacen públicas por motivos de secreto. Entonces, ¿de qué nos sirve ese pago tan cuantioso si la población nunca vamos a ser lxs beneficiadxs?
Cuando escucho este tipo de informaciones, me autoafirmo en la idea de que la estupidez humana es infinita. Poblaciones de millones de personas estamos en un juego donde realmente no movemos ficha ni somos protagonistas, sino meras marionetas al servicio de unos pocos que sí les interesa este juego de la guerra. ¿Y si el norte abandonara definitivamente el comercio de armas con el sur? ¿Y si dejaran de investigar sobre bombas y no enrolaran adeptxs para matar a gente? ¿Y si pensaran en formas más optimas de convivencia y en técnicas de negociación? No sé, a lo mejor ya no seríamos seres humanos...
Para más info visita In.Ci.So. Instituto de Ciencia Social Crítica
Nos habló de algunas cuestiones relacionadas con la crisis alimentaria, los medicamentos y las farmacéuticas y la escasez del agua. De entre todos los capítulos, expuestos con maestría y, sobre todo, con elocuencia, incapaz de aburrir a nadie, una de las temáticas que trató fue la maquinaria de guerra y su crítica de cómo los países gastan sus presupuestos en los Ministerios de Defensa, cuando las necesidades sociales, sin embargo, son otras muy diferentes.
Los presupuestos de Defensa se distribuyen en personal, mantenimiento e inversiones (I+D, instalaciones de bases militares, excavación de caminos, armas…) El presupuesto militar se aprueba, como todos los presupuestos ministeriales, cada año. Para elaborarlo no tienen en cuenta el incremento o desaparición de enemigos, sino que toman de referencia las partidas del año anterior, por inercia, para seguir una línea continuista, sin cuestionamientos incómodos y por modernización tecnológica.
Todo esto hace crecer el gasto militar inconmensurablemente hasta llegar a un billón y medio de dólares al año. En España, el gasto militar supone 54 millones de euros diarios, de los cuales 27 millones salen directamente del Ministerio de Defensa y el resto está “escondido” en partidas de otros ministerios. Por ejemplo, la construcción de un avión pertenece al Ministerio de Industria; la construcción de una base militar se hace pasar por Obras Públicas… ¿Por qué? Porque el gasto militar está mal visto por la ciudadanía y más en tiempos de crisis. Para más inri, el Ministerio que menos cumple sus números presupuestados a final de año es el de Defensa, esto ocurre desde hace veinte años atrás, desde la entrada de España en al OTAN.
En cuanto al personal, en el mundo hay 22 millones de militares. ¿Para qué sirven? Nos dicen que para labores humanitarias, sin embargo, Naciones Unidas asegura que para este tipo de emergencias serían suficientes 400.000 soldados. Sin ir más lejos, el ejército español cuenta con 170.000 soldados, de los cuales 20.000 realizan labores humanitarias. ¿Y los 150.000 restantes?
También es curioso el gasto en investigación científica para fines militares. Una pequeña parte de lo que se investiga es la que se vuelca al resto de la sociedad. Lo demás está sacralizado, no se filtra, más de la mitad de las investigaciones militares nunca se hacen públicas por motivos de secreto. Entonces, ¿de qué nos sirve ese pago tan cuantioso si la población nunca vamos a ser lxs beneficiadxs?
Cuando escucho este tipo de informaciones, me autoafirmo en la idea de que la estupidez humana es infinita. Poblaciones de millones de personas estamos en un juego donde realmente no movemos ficha ni somos protagonistas, sino meras marionetas al servicio de unos pocos que sí les interesa este juego de la guerra. ¿Y si el norte abandonara definitivamente el comercio de armas con el sur? ¿Y si dejaran de investigar sobre bombas y no enrolaran adeptxs para matar a gente? ¿Y si pensaran en formas más optimas de convivencia y en técnicas de negociación? No sé, a lo mejor ya no seríamos seres humanos...
Para más info visita In.Ci.So. Instituto de Ciencia Social Crítica
6 comentarios:
http://enviado-lisergico.blogspot.com/2012/01/blog-post.html
: ))
Las resonancias históricas son siniestras, desde luego...pero lamentablemente, vivimos en una paz que es preparación de guerra, y en el contexto, los ejércitos resultan necesarios...aunque no hasta el punto en que se nos dispone...creo.
Un abrazo ;)
Hola Explorador. En esta guerra me temo que los ejércitos no defenderán a la ciudadanía, defenderán los intereses (no sociales) exclusivamente económicos. Pienso que la guerra se está dando o se dará en otro contexto distinto, al tiempo... (advierto que esto de ser pitonisa tampoco es lo mío ;))
¡Un abrazo fuerte!
Parece que disfrutemos matándonos y haciéndonos la vida imposible. Pero mira que la necedad la tenemos en casa, somos incapaces de compartir los excedentes de agua. Ya se sabe que "al enemigo ni el agua", muy triste.
Saludos.
El agua probablemente es el bien más preciado. En EEUU y Canadá es donde más agua se consume, 550 litros/persona. La media de Europa son 350 l./persona y en España 200 l./persona. Sin embargo, el África negra, como siempre, se lleva la peor parte 8 litros/persona. Si es que los recursos están muy mal repartidos, Carlos63.
¡Saludos!
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