
Pero también dejó otro legado, quizá más desconocido, y que me hizo admirarla. Hubo un antes y un después de Victoria Kent en el ámbito penitenciario, ya que el gobierno de la República le encomendó la gestión de las cárceles. Ante esta misión, ella optó por devolver la dignidad a esta institución haciendo reformas imprescindibles: abolió el uso de los grilletes, fue la precursora de un funcionariado exclusivamente femenino para las cárceles de mujeres y consiguió cerrar algunas prisiones por sus pésimas condiciones. Introdujo una visión humanista en la prisión aunque no siempre se haya logrado en la práctica, fue quien potenció el uso de los permisos, los regímenes abiertos... porque sí creía en un sistema de re-integración, la regeneración para un mundo nuevo. Todas estas reformas fueron atrevidas en su tiempo y no estaban exentas de críticas, pero bien parece que algunos de estos avances corren serio peligro en la actualidad.
Nació en 1892, tuvo la suerte de tener una madre progresista, que estuvo pendiente de los estudios de sus hijos. Se crió en un ambiente burgués, de tendencias liberales. En 1911 obtuvo un título superior de maestra de enseñanza y, posteriormente, estudió en Madrid la carrera de Derecho, alojándose en la residencia de señoritas, como hacían todas las primeras generaciones de mujeres estudiantes. Éste será su núcleo de socialización y de formación política. La facultad de Derecho de la Universidad Central de Madrid, era reticente a abrir las puertas a las mujeres, pero en 1924 conseguirá doctorarse y solicita el ingreso en el Colegio de Abogados, la primera mujer entre sus filas. Un mes después se inscribe Clara Campoamor.
Nació en 1892, tuvo la suerte de tener una madre progresista, que estuvo pendiente de los estudios de sus hijos. Se crió en un ambiente burgués, de tendencias liberales. En 1911 obtuvo un título superior de maestra de enseñanza y, posteriormente, estudió en Madrid la carrera de Derecho, alojándose en la residencia de señoritas, como hacían todas las primeras generaciones de mujeres estudiantes. Éste será su núcleo de socialización y de formación política. La facultad de Derecho de la Universidad Central de Madrid, era reticente a abrir las puertas a las mujeres, pero en 1924 conseguirá doctorarse y solicita el ingreso en el Colegio de Abogados, la primera mujer entre sus filas. Un mes después se inscribe Clara Campoamor.
Durante la consolidación de la dictadura de Primo de Rivera, Victoria Kent consigue abrir su propio despacho. Esto le da la oportunidad de ser la primera abogada que defendería a sus compañeros ante un tribunal militar. Se hizo cargo de la defensa de Albornoz en el Palacio de Justicia, acusado de rebelión militar contra un gobierno legítimo. Entre sus actividades políticas consta como cofundadora del Partido Radical Socialista y, más tarde, miembro de Partido Republicano.
Tras la derrota del bando republicano, se exilió en París, ciudad en la que permaneció cuatro años, y donde necesitó una nueva identidad para la supervivencia ya que había dado comienzo la Segunda Guerra Mundial. Utilizó el nombre de Madam Duval.
Victoria Kent murió en Nueva York en 1987, fiel a sus ideas, diez años después de su última visita a España. Ella siempre estará unida a las reformas de la política penitenciaria y su nombre va unido a la II República española, como tantos otros nombres, dignos de recordar en este próximo 14 de abril, se acerca un nuevo aniversario de la proclamación de la República de 1931. Año tras año, no lo olvidamos.
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