sábado, 23 de mayo de 2009

Hablo de tu soledad

Hablo de tu infinita soledad
dijo el fulano
quisiera entrar al saco de tu memoria
apoderarme de ella
desmantelarla desmentirla
despojarla de su último reducto.
Tu soledad me abruma/ me alucina
dijo el fulano con dulzura
quisiera que en las noches me añorara
que me echara de menos
me recibiera a solas.
Pero sucede que/dijo calmosamente la mengana/
si tu bendita soledad
se funde con la mía
ya no sabré si soy en vos
o vos terminás siéndome.
¿Cuál de los dos será
después de todo
mi soledad legítima?.
Mirándose a los ojos
como si perdonaran
perdonarse
adiós
dijo el fulano;
y la mengana
adiós.



Mario Benedetti

Hay pocos como él, que cuando escuchas sus letras a veces es como si las hubiera escrito para ti, haciéndote sentir especial, que te trasladan, alguien con quien te sientes comprendida, como un amigo. Y que hace tan especiales los acústicos, las cadencias de los acordes del piano... Música para momentos de tristeza, pero también para enfrentarla y olvidarla en un rincón cuando ataca ("ahí donde me recreo").
Muy machacado por las circunstancias que eligió en la vida, nos deja un sinfín de temas recurrentes de los que podremos disfrutar toda la eternidad.
En un día como hoy, en el que la lluvia acompaña su recuerdo, La Gramola guarda un pequeño resquicio de Antonio Vega, mi humilde homenaje a este hombre que ha puesto banda sonora a muchos momentos de mi vida y de quien descubrí la más preciosa versión de "Me quedo a tu lado", tema compuesto por Los Chunguitos y que conocí en el cierre de un concierto de Manu Chao. Letra que me llama poderosamente la atención por la insólita capacidad de entrega del autor:
"si me das a elegir
entre tú y mis ideas,
que yo sin ellas
soy un hombre perdido,
¡ay amor!
me quedo contigo".

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