Había escuchado tararear hace un par de semanas una canción que contenía la frase “porque esto es África”, pero no la relacioné con nada, no tenía ni idea de que fuera el “himno” del Mundial de fúrgol fútbol. Últimamente veo poco la tele y aunque leo los periódicos digitales, hay secciones que me salto, una de ellas (para bien o para mal) es la de deportes. Así que ayer escuché por vez primera la canción entera de Shakira, que he de admitir que me pone de muy mal humor (la canción, no ella, bueno a veces ella también pero no es personal, es más bien político, en concreto por la familia de su marido, jeje). ¡Ah! Pero en contraposición, lo que sí me gustó es el anuncio del Mundial en la cadena Cuatro, con la imagen del chico enfrentado al tigre ¿o era un león?
El temazo hipercomercial se titula Waka-waka, ¡somos unos puñeteros desgraciados blancos, pobres en vocabulario en general! Como el programa aquel sobre animales que presentaba Consuelo Berlanga, Waku- waku. Hay algo en esto que me disgusta y me altera, no puedo evitar tenerle desde ya manía a la canción. Anda que no hay palabras en los mil dialectos africanos (al menos once son las lenguas de Sudáfrica), para elegir algo tan simplista dirigido especialmente a los occidentales, claro, que Waka waka no debería representar mayor problema de pronunciación ni de bamboleos de caderas cuando se trate de bailarla. Y anda que no se había podido elegir a algún músico africano, internacional, que represente “un himno” para el Mundial. Porque aparte de fútbol, así aprenderíamos más cultura africana, que nos viene a todos muy bien más conocimientos sobre lo ajeno, que nuestro etnocentrismo es nauseabundo.
Para eso es la primera vez que se celebra un mundial de fútbol en un país africano. Y es que Sudáfrica, aparte de sede del Mundial, es muchas cosas más, también uno de los países con mayor tasa de infecciones de VIH, con casi 6 millones de personas que viven con el virus y un país donde reinan grades desigualdades, pero esto no es ninguna primicia entre los países capitalistas.
Para eso es la primera vez que se celebra un mundial de fútbol en un país africano. Y es que Sudáfrica, aparte de sede del Mundial, es muchas cosas más, también uno de los países con mayor tasa de infecciones de VIH, con casi 6 millones de personas que viven con el virus y un país donde reinan grades desigualdades, pero esto no es ninguna primicia entre los países capitalistas.
Qué le voy a hacer, no me gusta el fútbol y, aunque soy roja, no me importa mucho el destino de “la roja”. Si pierden en cuartos de final no lloraré ni me sentiré triste y, si son campeones, pues mira, eso que se llevan, ¿no? No les deseo ningún mal.
También pienso que eso no quita que un fenómeno deportivo como este lleve algo de alegría y que permita abandonar los problemas durante un par de horas, no podría condenar eso, pero hay algo que me continúa rechinando. Escuché en la radio hace unos días que no sé cuántos mil españoles estaban dispuestos a dar dinero a cambio de que España gane el Mundial, flipé, con la que está cayendo... Pero sin embargo permanecen autómatas, sin brindar solidaridad a un montón de motivos mucho más habituales e injustos. Porque al final, el funcionariado no es quien peor está en cuanto a condiciones de trabajo ni mucho menos, sino la empresa privada, que saben que son los reyes del mambo y que la clase obrera está muerta de miedo y pasará por el aro casi a cualquier precio. Nosotros, los obreros, los trabajadores, sí que no jugamos en el mismo equipo.
Os invito a leer un artículo que me ha gustado especialmente “Espejos de Sudáfrica”. Porque esto sí que es África...
2 comentarios:
Me ha gustado mucho este post!!!
salu2
Muchas gracias Nat!
Un abrazo
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