El agobio del tren que nos dejaría en Marrakech fue lo que me marcó el primer día: calor sofocante, personas que te rodeaban por todas partes sin el respeto a tu espacio vital, un vagón no destartalado pero que sí me daba sensación de suciedad; reconozco que es una visión totalmente subjetiva porque pensándolo a posteriori ese vagón era de lo más normal, es decir, de lo más normal de los transportes en los que nos desplazamos por el país.
martes, 25 de marzo de 2008
I
El agobio del tren que nos dejaría en Marrakech fue lo que me marcó el primer día: calor sofocante, personas que te rodeaban por todas partes sin el respeto a tu espacio vital, un vagón no destartalado pero que sí me daba sensación de suciedad; reconozco que es una visión totalmente subjetiva porque pensándolo a posteriori ese vagón era de lo más normal, es decir, de lo más normal de los transportes en los que nos desplazamos por el país.
Etiquetas:
viajes
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
¿Otro día nos cuentas acerca de Imlilil?
Publicar un comentario